miércoles, 26 de febrero de 2014

Un repaso a la historia de los orígenes de la vinculación de Fuengirola con su patrona

No está mal recordar, de vez en cuando, un poco de historia referido a la vida cofrade y los titulares de nuestra ciudad. Hoy lo hacemos con nuestra querida patrona, Nuestra Señora del Rosario Coronada y su traslado del Castillo al pueblo fuengiroleño.

Su vinculación con la Villa Blanca se remonta al siglo XV, cuando la reconquista de de Fuengirola nos trae de nuevo la presencia del cristianismo. Fray Hernando de Talavera, Obispo de Ávlia, consagró la mezquita del Castillo Sohail, proporcionando a la capilla que allí había ornamentos para la celebración de los cultos y una imagen de una Virgen sedente con el niño Jesús en sus brazos, que sería venerada posteriormente bajo la advocación del Rosario y proclamada como patrona. Se conoce que esta imagen es la originaria de 1485, destruida en 1931, y que sólo se puede apreciar a través de documentos fotográficos. Desde los inicios en que fue eregida la Iglesia del Castillo se puso en manos de la Orden Dominica, grandes artífices en la propagación devocional a la Virgen del Rosario.

Desde 1502 es tenida como Parroquia la Iglesia del Castillo, concediendo el rango por parte del Obispo de Málaga Don Diego Ramírez de Villaescusa. Sin embargo, esta se trasladaría posteriormente a la estancia del Tarahal (estructura del sistema defensivo de la costa) que coincide con el actual emplazamiento que ocupa la Parroquia del Centro, donde se improvisó una primera capilla de la Virgen del Rosario, imagen en torno a la que se construyó la ciudad de Fuengirola.

Los antecedentes históricos sobre la nueva ubicación de la sede parroquial de Nuestra Señora del Rosario la encontramos en el siglo XIX. El 8 de febrero de 1810 se producía en Fuengirola la entrada de las tropas del Rey José I. Días antes, el párroco Don Francisco de Paula, traslada las tallas que se encontraban en el Castillo a una improvisada capilla en la parte alta de la posada del Tarahal. Desde entonces nunca se pierde esa ubicación que perdura aún en nuestros días.

La Ermita en honor a la Virgen del Rosario se bendeciría en 1833 por el Obispo de Málaga Don Juan José Bonal y Orbe, construcción promovida a consecuencia de las malas condiciones de la posada. Sin embargo, ya en 1863 es derrumbado para que en 1880 se ponga la primera piedra para la nueva sede parroquial. La actual fue bendecida tras los sucesos del año 1936.

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