Eran las 21:00h cuando en el "pueblo" de Los Boliches ya se concentraba una gran cantidad de personas a las espera de que saliera la patrona mientras la banda de cornetas y tambores de Mijas se abría camino para anunciar la venida de la Virgen.
Un plaza abarrotada que veía pasar el cortejo procesional. Y salía la Señora de su Iglesia de Santa Fe con una lluvia de pétalos, ya sonaba la salve marinera por los músicos de la banda de los moraos de Almogía. El trono seguía andando a paso firme, ahora sonaba "Virgen de las Penas". La patrona de Los Boliches estaba de nuevo en la calle de camino al mar.
La banda de la Virgen de la Peña tocaba por la avenida de Los Boliches mientra desde un balcón caían algo así como estampitas. Era la primera tirada de aleluyas que hacía "Fuengirola Coronada", y fue con la reina de este barrio marinero. Pero, a veces, esas tiradas de aleluyas tienen un bonito colofón, es por ello que, a sones de "Carmen Coronada" (ya van 3), la Virgen recibía la segunda petalada de la procesión.
Y con un ritmo acelerado y menos paradas que en años anteriores, andaba el conocido trono sin campana por las calles marineras. Miles de personas que veían pasar a la virgencita en su procesión gloriosa.
Ya había oscurecido cuando la cabeza de procesión llegó al monumento a la Virgen. Fue a pasadas las 23:00h cuando la Virgen entraba al mar y comenzaban los fuegos artificiales que, durante media hora, estuvieron iluminando el cielo al paso de la Virgen por las aguas. Las fuertes olas no impedían que los marineros pasearan a la madre de todas las madres por el mediterraneo.
Tocaba ahora la vuelta al templo, por Lope de Vega caminaba la Virgen junto a la muchedumbre que la escoltaba. Con mucha motivación, los portadores la mecían de lujo. Quedaba poco pero se aguantaba hasta el final.
La calle Iglesia que se convierte en Pureza cuando Los Boliches ve a su Virgen de camino a casa con "Amargura Coronada", "la Saeta"... Y, a pocos metros de la puerta grande, la esperaba la banda de Mijas para tocarle la marcha real mientras una gran petalada que parecía que no iba a terminar caía del cielo.
Ahí no terminó la cosa, porque "Esperanza de Triana Coronada" empezó a sonar en el interior de la parroquia, con lo que los hombres de trono multiplicaban sus fuerzas, ganas y motivación para volver a levantar a pulso a su patrona, cantar el Ave María, la salve marinera y aplaudir para despedir este entrañable día hasta el año que viene.
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